Las piscinas pueden ser reservorios potenciales de organismos, los cuales pueden pasar de un bañista a otro. Esta agua de piscina, contaminada por algún bañista, puede ser vehículo de microorganismos que causan enfermedades como diarrea, infecciones de la piel, oídos y vías respiratorias.  

 

Dentro de las bacterias asociadas con piscinas se encuentra la Pseudomona aeruginosa, un patógeno oportunista frecuentemente encontrado en las piscinas, que posee una cápsula que la hace más resistente a la acción de los desinfectantes y es responsable de brotes de dermatitis, aunque también puede causar otitis, pneumonia e infecciones del tracto urinario.

 

Staphylococci es otro género bacteriano comúnmente encontrado en piscinas. La fuente de contaminación es la piel y mucosa oral y nasal de los usuarios. Staphylococcus aureus puede causar serias infecciones de la piel, conjuntivitis e infecciones del tracto urinario y respiratorio.

 

De gran importancia son los brotes causados por especies de Giardia y Cryptosporidium, ambos protozoarios y son transmitidos de bañista a bañista por la vía fecal-oral.  Igualmente, pueden estar presentes en el agua de una piscina algunos hongos y otros dermatofitos.

 

ACODAL SECCIONAL CARIBE consciente de los riesgos a la salud, a que se ven abocados los bañistas, por deficiencias en la operación y control de los sistemas de piscinas y de la necesidad de que las piscinas públicas y privadas sea manejadas y operadas con la rigurosidad técnica que ameritan, está presentando a consideración del HOTEL MOVICH 51 el Seminario- Taller:  Operación y manejo de Piscinas.